viernes, 28 de septiembre de 2012


Tarta de Moras

El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
 Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino. Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad. Hoy y siempre... Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. Habrá los que se llevarán mucho, pero no habrá de los que no nos dejarán nada. Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.

(Desconozco su autor, erróneamente atribuido en la red  a Jorge Luis Borges)


Y para comenzar el otoño que mejor que una receta fresca y sencilla de mi cocinero más admirado  Jamie Oliver.




La ocasión me la propició la celebración del cumpleaños de mi hija, y fue mi dulce manera de darle las GRACIAS  por todo lo que me ha enseñado, y por su paciencia cada vez que me pongo al teclado y la inundo de preguntas y de dudas (que ya ha respondido en anteriores ocasiones, pero que yo he olvidado).



Es una tarta muy suave y muy fresca cuyo secreto creo yo, es que no espere mucho tiempo en el frigorífico para que la base siga crujiente y no se reblandezca.



INGREDIENTES  BASE:
·        125 g. de mantequilla
·        100 g. de azúcar lustre
·        255 g. harina
·        ralladura de limón
·        pellizco de sal
·        2 yemas  de huevo
·        2 cucharadas de leche o de agua fría

INGREDIENTES  RELLENO
·        500 g. de mascarpone
·        100 g. nata
·        3 cucharadas de azúcar glass
·        1 vaina de vainilla
·        3 cucharadas de grapa (yo no puse)
·        moras





La masa de la base es lo primero que tenemos que preparar, para que repose y se enfríe.

Mezclar la mantequilla fría cortada en trocitos con la azúcar glass y la harina, cuando formemos pequeñas migas frotando con las manos añadiremos la yemas de huevo y las cucharadas de leche y finalmente la ralladura de limón y la sal. Formar una bola y dejar reposar envuelta en papel de aluminio en el frigorífico.

Yo en esta ocasión, hice pequeñas tartaletas y no una tarta grande.

Pondremos mantequilla en el molde y lo forraremos con la masa que habremos extendido en la encimera con ayuda de un rodillo. Volveremos a poner el molde en el frigorífico o en el congelador durante un ratito.

Cubrir la base con papel de hornear y poner legumbres que utilizaremos para este fin y después guardaremos para volver a utilizar (yo suelo utilizar garbanzos).

Hornear en un horno precalentado a 190 grados durante 12 minutos.

Dejar enfriar, mientras preparamos el relleno.

Ponemos la nata fría con el azúcar y la batimos ligeramente pero sin que espese demasiado, añadiéndole las semillas de la vainilla y el queso mascarpone. Cuando la mezcla esté homogénea rellenaremos con ella las tartaletas. Finalmente pondremos las moras que pueden estar previamente en un almíbar frio que les dará brillo o en un poco de mermelada de moras.




                                 Y ya está lista para endulzaros el día.

sábado, 8 de septiembre de 2012


Regressssaaaannndddooo….

Va a ser la mejor garantía… camino del otoño, llenar nuestra despensa de la luz de estos días, los momentos disfrutados, los lugares visitados y las energías renovadas.





No se me ocurre mejor ingrediente que la pasión por la vida, para elaborar cualquier “receta”, y aquí llego llena de nuevos proyectos por cumplir. Llena de la fuerza que da olvidarse durante más de un mes del reloj. 

    
   
      
      
  




                           
Entre escapadas y salidas al monte también encontré un momento para hornear este bizcocho con frambuesas, fresitas y chocolate que se puede elaborar con cualquier receta de bizcocho y que horneé en una bandeja para que quedara finito.





Y no quiero finalizar sin tener una mención especial a un amigo que la vida nos arrebató  y que hoy cumpliría años.                                                                                                                                                      
Este texto de Bert Hellinger, “pensamientos en el camino” siempre me acerca a ese sentimiento que está huérfano desde hace mas de dos años…

Los amigos se entienden. Miran en la misma dirección, aunque no tengan una meta común. Lo que se vislumbra en esa dirección está lejos.
Por eso se mueven hacia ahí, pero se encuentran pocas veces.
Cada uno recorre el camino, en esa dirección, a su particular manera.
Tampoco llega al mismo lugar que el otro. Pues lo que miran y hacia donde se mueven es demasiado grande, demasiado profundo e inconmensurable.
Y sin embargo hay entre ellos una referencia mutua, tanto en el camino como en la meta; a veces se encuentran, recorren un trozo del camino juntos, se escuchan y se complementan en su intercambio.
Luego, enriquecidos y animados por las experiencias mutuas, vuelven a marchar cada uno por su cuenta.
Sin embargo, en su alma siguen caminando cerca del otro.


Y con ese sentimiento esperanzador, de que la muerte no puede destruir los profundos lazos de amor, quiero transmitirte a ti Rosa, a tu familia y a todos los amigos que dejó  Mikel,un beso enorme.